martes, octubre 30, 2007

La jaula

Había una vez un hombre llamado Jorge Thomas, pastor de una pequeña iglesia
en un pueblo de Nueva Inglaterra. Una mañana de Domingo de Pascua llegó a
la iglesia cargando una jaula para pájaros oxidada, doblada y vieja, y la
puso en el púlpito. Las cejas se elevaron y como respuesta el Pastor
Thomas dijo: 'Ayer, caminando por el pueblo vi a un muchacho que venía a mi
encuentro columpiando esta jaula para pájaros. Al fondo de la jaula había
tres pajaritos salvajes temblando de frío y de miedo. Me paré y pregunté:

- qué llevas allí hijo?

- Solamente estos pájaros viejos. Contestó.

- qué vas a hacer con ellos' pregunté.

- Los llevaré a casa y me divertiré con ellos. Contestó.

- Los voy a molestar y a halar de las plumas para hacerlos pelear.
Me voy a divertir mucho.

- Pero tarde o temprano de vas a aburrir de esos pájaros y cuando eso
sea, ¿Que vas a hacer?

- Ah, tengo algunos gatos, dijo el muchacho. Se los llevaré. A ellos
les gustan los pájaros.

El pastor hizo silencio por un momento y luego dijo:

- ¿Cuánto quieres por esos pájaros hijo?

- Eh... ¿Por qué?, Usted no los quiere señor. Son solamente viejos
pajarracos. No cantan, ni siquiera son bonitos.

- ¿Cuánto? pregunté nuevamente.

El muchacho midió al pastor para ver si estaba loco y dijo ¿Le parecen
$10.00? El pastor se metió la mano en el bolsillo y sacó un billete de
$10.00 y lo colocó en la mano del muchacho. En un segundo, el muchacho se
había ido.

El pastor recogió la jaula y suavemente la llevó hasta el final del valle,
donde había un árbol y un lugar con césped. Poniendo la jaula en el suelo,
le abrió la puerta, y con un suave toque en los barrotes, hizo que los
pájaros salieran, liberándolos.

Bien, eso explicaba la jaula vacía encima del púlpito y el pastor empezó a
contarles esta otra historia:

Un día Satanás y Jesús estaban conversando. Satanás acababa de ir al
Jardín del Edén, y estaba mofándose y riéndose diciendo:

- Si Señor. Acabo de apoderarme del mundo lleno de gente de allá
abajo. Les tendí una trampa, usé cebo que sabia que no podrían resistir.
Cayeron todos!

- ¿Que vas a hacer con ellos? Preguntó Jesús.

- Ah, me voy a divertir con ellos. Respondió Satanás. Les enseñaré
como casarse y divorciarse, cómo odiar y abusar uno del otro, a beber y
fumar y por supuesto, les enseñaré a inventar armas y bombas para que se
destruyan entre sí. Realmente me voy a divertir!

- ¿Y qué harás cuando te canses de ellos? Le preguntó Jesús.

- Ah, los mataré. Dijo Satanás con la mirada llena de odio y orgullo.

- ¿Cuánto quieres por ellos? Preguntó Jesús.

- Ah, tu no quieres a esa gente. Ellos no son buenos. ¿Por qué los
querrías tomar. Tu los tomas y ellos te odian. Escupirán a tu rostro, te
maldecirán y te matarán. Tu no quieres a esa gente!!

- ¿Cuánto? Preguntó nuevamente Jesús.

Satanás miró a Jesús y sarcásticamente respondió:

- Toda tu sangre, tus lagrimas, y tu vida.

- Jesús dijo: HECHO!

Y así fue como pago el precio.

El pastor tomó su jaula. Se dirigió hasta la puerta, la abrió y se alejó.