Nos sentimos mal cuando una prolongada sequía exigeracionar el agua. Hay un racionamiento peor: racionarel Amor.
Se hace el mal cuando se deja de hacer el bien: el amor que no se da, el diálogo que se evita, lascaricias que se niegan, el estímulo no brindado, losbienes no compartidos.No raciones el cariño, no seas avaro con el afecto.
El amor es un tesoro que crece cuando se ofrece.
Una feliz paradoja: más amor tienes cuanto más amorbrindas; siempre recibes más de lo que das.
Es lógico que se ahorre agua cuando escasea, pero esabsurdo que amemos a cuenta Gotas cuando la capacidades ilimitada.
Una misión te reclama y espera lo mejor de ti: Calmarla sed de ternura y comprensión de tantos desconocidosque pueden ser tus amigos.Anímate a compartir y no seas de aquellos que semueren sin estrenar tantos talentos recibidos.
Sé generoso en el perdón, dadivoso en el afecto,desinteresado en el servicio.
No es pecado despilfarrar el amor, lo malo es racionarlo".
Anabella Macario
viernes, marzo 24, 2006
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