martes, febrero 21, 2006

Bienes Invisibles

Una historia que nos enseña que lo material no es la
felicidad
Tomás es un chico de siete años que vive con su mamá,
una pobre costurera, en su solo cuarto, en una pequeña
ciudad del norte de Escocia. La víspera de navidad, en
su cama, el chico espera, ansioso, la venida de Papá
Noel.

Según la costumbre de su país, ha colocado en la
chimenea una gran media de lana, esperando
encontrarla, a la mañana siguiente, llena de regalos.
l Pero su mamá sabe que no habrá regalos de Navidad
para Tomás por su falta de dinero. Para evitar su
desilusión, le explica que hay bienes visibles, que se
compran con dinero, y bienes invisibles, que no se
compran, ni se venden, ni se ven, pero que lo hacen a
uno muy feliz: como el cariño de la mamá, por ejemplo.
Al día siguiente, Tomás despierta, corre a la chimenea
y ve su media vacía. La recoge con emoción y alegría y
se la muestra su mamá: "¡Está llena de bienes
invisibles!", le dice, y se le ve feliz.
Por la tarde va Tomás al salón parroquial donde se
reúnen los chicos, cada cual mostrando orgulloso su
regalo. "¿Y a ti, Tomás, qué te ha traído Papá Noel?",
le preguntan.
Tomás muestra feliz su media vacía: "¡A mí me ha
traído bienes invisibles!", contesta. Los chicos se
ríen de él. Entre ellos Federico un niño consentido
quien tiene el mejor regalo pero no es feliz. Por
envidia, sus compañeros le hacen burla porque su lindo
auto a pedal no tiene marcha atrás, y enfurecido
destruye el valioso juguete.
El papá de Federico se aflige, y se pregunta como
podría darle gusto a su hijo. En eso ve a Tomás
sentado en un rincón, feliz con su media vacía. Le
pregunta: "¿Que te ha traído Papá Noel?"
"A mí bienes invisibles", contesta Tomás ante la
sorpresa del papá de Federico, y le explica que no se
ven, ni se compran, ni se venden, como el cariño de
una mamá.
El papá de Federico comprendió. Los muchos regalos
visibles y vistosos no habían logrado la felicidad de
su hijo. Tomás había descubierto, gracias a su mamá,
el camino a la felicidad.




Anabella Macario

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