Por un sinuoso camino y a gran velocidad, un hombre borracho conducía su carro, se salió del trayecto y se precipitó contra una charca pestilente. Varias personas, al ver el accidente, corrieron al lugar y ayudaron a incorporarse al conductor. No podía ocultar
su borrachera y, entonces, uno de sus auxiliadores le dijo:
-Pero, ¿es que no ha leído usted el célebre tratado de Naraín Gupta extendiéndose sobre los efectos perjudiciales del alcohol?
Y el ebrio conductor, sin dejar de hipar, tartamudeó:
-Yo soy Naraín Gupta .
"Mi padre tiene un dicho muy célebre que versa de la siguiente manera:
" No solo hay que serlo, si no también aparentarlo".
No solo es decir que somos cristiano es también demostrarlo con nuestros actos.
Anabella Macario
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