Un camión iba traqueteando por un camino de tierra en
un pueblo del sur de Estados Unidos. En un
asiento iba un anciano delgado que sostenía un ramo de
flores recién cortadas. Al otro lado del pasillo
estaba una jovencita cuyos ojos volteaban volteaban
una y otra vez hacia las flores del hombre. Al anciano
le llegó el momento de bajar. Impulsivamente puso las
flores en el regazo de la joven.
- "Me di cuenta de que le encantaron las flores",
explicó, y creo que a mi esposa le gustaría que tú las
tuvieras. Le voy a decir que te las di". La joven
acepto las flores, y luego observó al anciano mientras
bajaba del camión y atravesaba la puerta de un pequeño
cementerio. El amor que damos a nuestros semejantes no
se compara con el valor material de las cosas.
Anabella Macario
martes, febrero 21, 2006
Las Flores
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