viernes, diciembre 02, 2005

"A cualquiera, pues, que me..."

"A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo
también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos..."
(Mateo 10:32,33)
 
La vida exige pruebas. A veces parece que, no importa lo que digamos,
la gente no nos creerá sin que antes hagan alguna verificación tangible.
¿Sabías que ya tienes la evidencia necesaria para respaldar la noticia
más importante del mundo? Esa noticia es que nuestro salvador
Jesucristo viene otra vez, y la prueba es tu propio testimonio personal.
 
Todo creyente tiene una historia unica de cómo Cristo le salvó del
pecado. Resulta decepcionante que las personas menosprecien la
historia de su fe como aburrida u "ordinaria". ¿Cómo puede ser ordinaria
esa historia? Este no es un relato acerca de cómo pasaste el día;
¡estamos hablando de un hecho sobrenatural! Es la crónica de cómo
Dios entró en tu corazón.
 
Además, tu nunca podrás negar tu testimonio. Es tu propia historia,
el relato verdadero de cómo Dios ha actuado en tu vida. Un testimonio
es semejante a una huella digital. No hay dos iguales. No importa los
detalles, nadie podrá jamás negar su propia experiencia personal. Y
aunque algunas personas no crean en el poder de Cristo, no podrán
negar lo que Él ha hecho en su vida.
 
Puede ser un gran reto el dar valientemente tu testimonio, especialmente
si no estás seguro de cómo reaccionarán quienes te escuchen. Sin
embargo, en esos momentos podrás saber con certeza que tu historia
será algo que ellos nunca habían escuchado antes. Dios te hizo un
regalo especial con tu testimonio exclusivo. ¿Estás compartiendo ese
regalo con otros?



 

Que Dios te bendiga.

Flavio Macario

No hay comentarios.: